POR: LCDA. MÓNICA CARRIEL GÓMEZ
FOTOS: DAVID MORETA FUENTES / D.G.A. CORTESÍA DEL
G.A.P.O.
ESPECIAL PARA REVISTA MARIELA
ENTRE LOS MUCHOS PROYECTOS TURÍSTICOS QUE BORDEAN AL RÍO NAPO
EN LA MÁGICA PROVINCIA DE ORELLANA, LOS PROPUESTOS POR LA COMUNIDAD DE AÑANGU
SON LOS MÁS DESARROLLADOS Y LOS QUE INCLUSO HAN ALCANZADO NOTORIEDAD
INTERNACIONAL… CÓMO HICIERON ESTOS HUMILDES NAPO RUNAS PARA DEJAR DE CAZAR Y
PESCAR Y CONVERTIRSE EN EXITOSOS EMPRESARIOS TURÍSTICOS? LO DESCRUBRIMOS A
TRAVÉS DE ESTE SORPRENDENTE VIAJE HACIA SU TERRITORIO UBICADO EN LA AMAZONÍA
ECUATORIANA.
En la comunidad de “Los Loros”, ubicada en Añangu, a dos
horas de distancia de “El Coca”, viajando por río, las mujeres reciben a los
visitantes con chicha. Este preparado de yuca rayada y fermentada y cuyo
afrecho es cernido con las manos, es ofrecido a todos los turistas en mate. La
resistencia a beber es porque se sabe que dentro del proceso de fermentación se
requiere de la saliva de las nativas, sin embargo en los pueblos amazónicos
usted rara vez puede negarse, pues este ofrecimiento es considerado un altísimo
honor, así que no le queda más que respirar profundo y beber… Luego de las
risas de los comuneros al ver su cara de asco, le cuentan que ahora hay otras
formas de hacer que la yuca se fermente y que ya el uso de la saliva quedó en
el pasado.
Luego de este pequeño susto usted recién empieza a analizar
el lugar a donde ha llegado; Los Loros es la primera comunidad de Añangu a la
que usted arriba después de partir en deslizador o canoa de turno desde el
muelle de Francisco de Orellana o El Coca, como se conoce a la entrada al
paraíso llamadoYasuní, desde siempre. Añangu, que en su kiwchua nativo significa
“hormiga”, es una de las comunidades más grandes y productivas de todas las que
se ubican en la rivera del gran eje de las comunicaciones en la selva, el río
Napo, de 1.130 kilómetros de extensión.
Dentro de “Los Loros”, las 27 mujeres manejan el proyecto de
turismo comunitario de bajo presupuesto, en que enseñan a los visitantes sus
costumbres ancestrales por unos pocos dólares de colaboración. Visten atuendos
típicos de su cultura y manejan un recorrido comunitario organizado en un museo
de sitio y tres casas: la de interpretación, la de la danza y el bazar
comunitario, además del sendero con mirador para la observación de aves.
El
senderismo es lo primero que recorre junto a las guías nativas. Pájaros y
animalitos, a más de altos árboles, es lo que usted puede ver y llegando al
mirador, ubicado en un sitio estratégico, entiende de pronto el por qué del
nombre. En “Los Loros” existe una tierra rojiza y rica en minerales que atrae
gran cantidad de pájaros que se alimentan de los cerros. En el mirador, donde
nos ubicamos para hacer algunas fotos, todo es algarabía, unos 200 loros y
pájaros comen de un saladero, mientras detrás de ellos, los turistas hacíamos
algunas fotos bajo la atenta mirada de los comuneros quienes nos advierten una
y otra vez que está prohibido perturbar con risas o gritos la vida apacible de
la naturaleza.
Después un pequeño sendero nos lleva al centro de
interpretación, una casa de madera, circular donde observamos retratada la vida
de sus padres y abuelos, tienen réplicas de la cocina y dormitorios y en el
recorrido nos instruyen sobre como encendían el fuego para cocinar y
calentarse, con una tabla, un palito y un pedazo de algodón. La cocina la
ubicaban en el centro de la casa, un lugar de honor especial. En medio del
fuego, para protegerlo de que no se apague, había varias piedras, estas podían
variar en número dependiendo de los miembros de la familia, en ese caso, padre,
madre e hijo protegían el fuego del hogar que mantenía la casa confortable. Además
nos explican cómo elaboraban algunos utensilios de cocina: Una tabla con clavos
pequeños que la traspasaban era un útil rayador, un marco de madera con una
tela, hecha con corteza de árbol, era el cedazo donde cernían la harina de yuca
para hacer chicha, etc.
En la casa de la danza se lleva a cabo la explicación de otro
ritual, más tradicional que divino. María no sabía hablar español ni leer ni
escribir, pero su aporte al turismo es el baile que antes de morir su madre le
enseñó… Una danza que narra una historia: Un par de compadres beben chicha con
los padres del ahijado después del bautizo y se emborrachan, luego se van
cantando alegremente. A maría sus padres no le dejaron más herencia que estas
historias que ella repite mil veces por día para cada viaje de turistas, es una
forma de ganar dinero, de colaborar con la comunidad y de mantenerse cerca de
sus orígenes.
Pedro Canchingre es el Shaman de la comunidad, lo ha sido
durante 50 años, antes que él, su padre y un tío… El día de nuestra visita su
trabajo era espantarle el frío a una recién parida que no le permitía producir
la leche materna que necesita su bebé. Le reza a los espíritus para que le
permitan curarla, la azota suavemente con hojas de bijao y la sopla en la
corona con fuerza… Para que la cura sea efectiva debe hacerse tres días
seguidos.
Terminada la explicación de la casa de interpretación nos
guían la museo de sitio donde nos muestran como sus ancestros cazaban y de paso
nos explican que ya desde hace 15 años los comuneros no cazan animalitos, ahora
su alimentación la sustentan en granjas de consumo interno de donde comen todas
y alcanza para los cerca de 150 turistas que arriban cada mes a la comunidad.
El alimento base es el pescado.
Terminando este paseo nos llevan hasta el bazar comunitario,
un lugar en donde usted puede comprar todas las artesanías que como recuerdos
puede llevarse del lugar a módicos precios, la talla en madera es su
especialidad. Cuestión que aprendieron en cursos precisamente de las personas
que les enseñaron el manejo sustentable de sus recursos y de cómo explotar la
belleza de la naturaleza en lugar de perjudicarla.
Llegó la hora de dormir y nos ofrecieron una casa con techo, pero sin paredes,
amplia, donde se podía armar la carpa para pasar la noche… ¡Qué miedo! Pero
David, uno de nuestros guías, iba “armado” de modernas cámaras con sensores de
movimiento que ubicó en lugares estratégicos de nuestro alrededor. Un
movimiento y el flash tomaba la foto que espantaba al merodeador dejándolo
registrado en una gráfica. Nos dormimos y al día siguiente la sorpresa… Algunos
pájaros, un armadillo y dos jaguares habían sido captados en las instantáneas.
Pero esto a nadie le quitó el
hambre, un buen mayto, pescado asado envuelto en hojas de bijao fue el menú del
desayuno y luego nos adentramos por el Río Añangu… Según les había dicho en
“Los Loros” sólo trabajan mujeres… No se preguntaron jamás dónde estaban los
hombres de la comunidad?
EL NAPO WILDLIFE CENTER:
LA JOYA DE LOS
COMUNEROS DE AÑANGU
Llegando al muelle de Añangu en
el río del mismo nombre, antes de iniciar el viaje hacia el Napo Wildlife
Center debimos hacer un trasbordo cambiando la lancha de motor por un bote a
remo… Por qué? – Preguntamos.- “Para no importunar a las especies con el ruido de
los motores ni contaminar el río”. – Respondió Leonardo, nuestro timonel,
repuesta que fue suficiente para nosotros.
Más allá un par de nutrias
gigantes, tristemente célebres por estar
registradas en tercer lugar dentro del Libro Rojo de los mamíferos en peligro
de extinción del Ecuador, reclaman por nuestra presencia. Pájaros, puercos
saínos y aves de todo tipo salen a nuestro encuentro mientras nos deslizamos
silenciosos por el canal que a ratos parecía estrecharse, finalmente, la joya
de los proyectos turísticos de Añangu aparece ante nosotros en la laguna del
mismo nombre, el Napo Wildlife Center.
Las 26 cabañas del Hotel Resort Eco
Louncheubicado en medio de la selva es el proyecto por el que en “Los Loros” no
hay hombres, pues la gran mayoría hace turnos de 24 días dentro del hotel y 6 o
7 de descanso donde sus familias en “Los Loros.
El Napo WildLife cuenta con todas
las comodidades de un hotel que mezcla el lujo y el confort con lo rústico y
selvático del entorno natural, sin perturbarlo… Son asombrosas las historias de
como cada bloque e incluso cada una de las tinas de hidromasaje fueron llevadas
a fuerza de remo por los comuneros hasta completar el proyecto por el que hoy
son reconocidos a nivel mundial con multitud de premios. Desde la decoración de
las cabañas hasta el mínimo detalle que decora los platos de su gran variedad
gastronómica está pensado en detalle.
Rafael Correa, Presidente de los
Ecuatorianos y Shakira entre otras grandes personalidades se han hospedado del
N.WL. C. comprobando que el sueño aquel de hacer del turismo una herramienta verde
de auto sustentabilidad si es posible y quienes llevan la delantera en nuestra
selva son las laboriosas “hormigas” de la comunidad de Añangu.
Para resaltar:
-
Estudios científicos estiman que en una hectárea
del Parque Nacional Yasuní existen: 2.224 especies de árboles y arbustos, 313
de plantas epífitas; 271 especies de anfibios y reptiles, 567 de aves y 167 de
mamíferos.
-
Nacionalidades como los kichwas, Shuar y
Waoranis, así como los pueblos en aislamiento voluntario conocidos como Tagaeri
y Taromenane, habitan la inmensa selva de Orellana y de ella obtienen los
recursos que necesitan para sobrevivir.
- Con 15 años de haber aparecido como Provincia
dentro del mapa de los Ecuatorianos, La provincia de Orellana es no sólo una
joya turística sino, además, ambiental cuyo nombre aparece siempre muy unido al
de la Reserva de la Biósfera conocida como Yasuní.
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