MUESTRA “LA
PIEL DE WLADO”
Seguramente a todos nos ha pasado en algún momento que conocemos a una
persona e inmediatamente hacemos “click” con ella, sin que en esta empatía
tenga absolutamente nada que ver el plano amoroso o romántico sino más bien las
motivaciones artísticas que se hacen comunes en los temperamentos creativos.
Dicho en lenguaje común es que allá “entre locos se entienden”.
Wlado junto a Mónica Carriel, realizadora de este reportaje
Eso fue precisamente lo que me
ocurrió con el artista fotográfico Wladimir Torres el día que lo vi por primera
vez, a propósito de unas fotos que me realizaría para la portada y reportaje de
la revista “El Dominguero” de Diario Extra.
Estaba nerviosa como nunca pues
jamás, pero jamás, se me había ocurrido que alguna publicación me pediría que
pose para una portada. Yo, una mujer obesa, con unas 220 libras a cuestas,
posando y “haciéndose la sexi” nada menos que en frente del lente del hombre
que al fin le dio un concepto artístico a lo que era el “Lunes Sexi” de Diario Extra con que la
publicación de venta masiva captaba y "encantaba" a gran parte de sus lectores. A lo mucho lo
que me causaba la idea era risa, jamás otra cosa. Recuerdo que mil veces pensé:
“Pobre hombre, después de deleitarse con tanta bella, vengo yo a dejarle mal
sabor de ojos”.
Pero Wlado tiene esa lengua de
seda que te envuelve, de alguna forma logra en instantes ganarse tu confianza y
hacerse tu pana, después de eso, todo es más fácil. Es capaz de sacarte
expresiones que antes ni en la intimidad de tu cuarto, frente al espejo, alguna
vez sacaste de ti misma. Posee el ojo experto que ve la belleza en donde nadie
más logra verla, que saca el encanto oculto y sutil de lo abstracto, el talento
en el manejo de la luz y la técnica de la experiencia. Tiene los sentidos
despiertos y en la plenitud de sus días, pues hace mucho rato es más que un fotógrafo, Wlado es un ARTISTA
con todas sus letras, en mayúsculas, subrayado y en negritas.
Me puso música de Jaramillo cuando
se dio cuenta que soy Guayaquileñista y como yo no lo conocía ni él a mi, entre
toma y toma nos fuimos entrevistando. Supe que tenía 24 años como periodista
visual, que había estudiado periodismo y que se había desempeñado como Jefe de
arte de varios conocidos diarios del país. Que había sido caricaturista y que
en el 2005 se interesó en la fotografía cuando adquirió una sencilla cámara de 4MP
que le despertó la curiosidad por aprender sobre ese arte.
Media hora después le dijo a
Gianella, productora de la portada: ¡La tengo! Lo que quería decir que la foto
de la portada ya había sido tomada. Las fotos me llegaron por correo dos días después y no
hice objeciones porque me pareció muy “YO”, sin mayores efectos ni retoques,
una foto que gritaba muchas cosas, entre ellas: “Esta soy yo, si me amas o me
odias, me da igual, así soy y punto.”
Fotografías realizadas por Wlado de Mónica Carriel para la Revista "El Dominguero"
Con este antecedente como historia
previa me llegó hace unas semanas la invitación para la muestra fotográfica “La
piel de Wlado”, fui no sólo para volver a estrechar la mano de un buen amigo,
sino porque talentos como él deben disfrutarse y apoyarse. La muestra reunía
una serie de retratos de mujeres que mostraban la desnudez de su piel de una
forma sublime que las hacía lucir como verdaderas musas de un artista que usó
la luz y las sombras para ofrecer un espectáculo exquisito.
Claro que las
modelos y sus cuerpos que acariciaban la perfección ayudaron mucho, pero la
magia estaba en la simbiosis que lograban la composición perfecta: el ojo
maestro y la diosa viva como protagonista del retrato.
Pamela, una de las increíbles modelos de "La piel de Wlado"
Que gusto me dio observar a
Wladimir reconocido y asediado por medios y público, aplaudido, pero humilde,
ahorrando palabras en su discurso, pues no había mucho que decir, su trabajo y
talento estaban expuestos y eran del gusto de quienes lo acompañamos en su
noche.
El artista fotográfico Wladimir Torres asediado por los medios
¿Qué espero ahora de él? Pues como admiradora que soy de su arte
siempre querré disfrutarlo en todas las facetas en que bien quiera mostrarse.
Por ejemplo en una muestra plástica de su otro talento, la pintura; y de que
por fin vea la luz ese libro que me viene prometiendo desde hace varios años.
Esperemos que pronto, muy pronto,
Wladimir Torres nos regale más de ese exquisito pero sencillo genio creativo
con que nos encantó aquella noche en “La piel de Wlado”, estaremos esperando.
Wladimir Torres junto a Pamela y Mónica Carriel la noche de la muestra "La piel de Wlado".
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