Los
cinéfilos, e incluso quienes no lo son, estamos hace tiempo relacionados con
el tipo de cine de acción futurista o
dramático que siempre ha caracterizado al director francés Luc Besson,
responsable de cintas de gran nivel como Nikita, El Profesional y El quinto
elemento, todas óperas primas de un tipo de cine en que las balas y las luchas
cuerpo a cuerpo estupendamente coreografiadas matizan un argumento inteligente,
pero no por ello excento de poder transmitir emociones y hacernos meditar sobre
el futuro del género humano y además todas protagonizadas por mujeres.
Besson
lleva años enamorándonos de sus heroínas endurecidas por el sufrimiento de un
trauma que logran superar y que las convierte en seres superdotados física y
emocionalmente, capaces de vencer hasta a su propio corazón.Ya lo hizo en los
90 en la cinta franco italiana “Nikita” estelarizada por la esbelta Anne Parillaud en que una ex convicta sentenciada
a muerte es salvada para transformarla en una perfecta máquina asesina.
"Nikita" filme de Besson estrenado en 1990
También lo
logró en 1994 en la recordada película “El Profesional” o "león", donde la joven de 12 años Nathalie Portman, debió
aprender de un sicario, encarnado por Jean Renó, el oficio con que finalmente se
vengaría del policía vicioso que ejecutó a su familia.
Jean Renó y Nathlie Portman en "El profesional"
Y vuelve a mostrarnos el
esquema de la mujer guerrera en la cinta de acción futurista, “El quinto
elemento” estrenada en 1997, donde de una mujer, Lilu, interpretada por Mila Jovovich, a quien llaman “el ser supremo”, depende la
continuación de la vida, sin embargo ella se debate si cumplir con su función
de salvadora o no después de que evisando la historia se da cuenta de lo
imbécil de la especie humana y obviamente se pregunta: Para qué debo salvar a
los hombres?
Mila Jovovich y sus impactantes ojos dieron vida a Lilu en "El quinto elemento"
Por todo esto no sorprende que ahora en “Lucy”, sea nuevamente una
mujer el centro de la trama de esta película de Luc Besson que parece tener la
fórmula perfecta: Grandes estrellas, una genial y creíble historia muy de
nuestros días y también algo fantástica y maravillosos efectos especiales
dignos de una gran superproducción.
“Lucy”, fue
el estreno que llegó este fin de semana a nuestros cines protagonizado por la
rubia favorita de Hollywood en este instante, Scarlett Johannson; quien ya se
ha lucido en el papel de “Viuda negra” y
del más que talentoso actor, Morgan Freeman, quien no sólo nos obsequia
nuevamente una más de sus soberbias actuaciones sino que además narra cierta
parte de la cinta, con su voz grave y seductora, la misma con que le consiguió
el Óscar al documental “La marcha de los pingüinos”.
"La marcha de los pinguinos", película documental francesa del 2005
Morgan Freeman, actor norteamericano de 77 años
El
argumento no es nada que antes no se haya hecho. Lucy se ve inmersa en un sucio
negocio de estupefacientes y los traficantes la usan como mula para una nueva
droga sintética que potencia sus capacidades cerebralesy mientras ella se
tranforma de una mujer normal y asustadiza que lucha por sobrevivir en una
mortífera X Men clase cinco, el público medita sobre los riesgosque pudiera
implicar que una sola persona pudiera llegar a tener tanto poder mental. Pero a
pesar de que el director no ha descubierto el agua tibia, no es lo que cuenta sino
cómo lo cuenta lo que hace que el espectador abandone la perpectiva
cinematográfica y se ubique en un plano subjetivo en “Lucy”.
La impresionante Scarlett Johansson, protagonista de "Lucy".
Besson hilvana
los trazos de su historia con metáforas de la vida salvaje y con estas
secuencias teje y desteje, ubicando a la cinta en su contexto, complementádola
o sacándola de él también y aun así usted jamás pierde el ritmo. La fotografía
con que está compuesta es poesía visual, paisajes del universo que se
intercalan con el filme,todo esto sucede mientras es narrado por la voz de Freeman. En esta
ocasión, su personaje, el profesor Norman, relata el desarrollo del cerebro y
guía a la heroína en su dramática tranformación. A través de él, el director
esboza su filosóficaidea sobre la humanidad, sus procesos de evolución y hacia
dónde va con todo lo que ha logrado. El cineasta propone que antes del
siguiente paso para el desarrollo humano deberemos cuestionarnos si es
necesario conservar sentimientos como la pasión o el amor, para lograr el
definitivo salto evolutivo. Luc Besson usa a las mujeres de sus historias para
convertirse en un filósofo de la vida; Lucy es otra prueba más de ello.
No sé
ustedes, pero yo si quiero ver lo que hará después.
Luc Besson, director de cine francés.
Uno de los carteles de "Lucy" para Estados Unidos
bien!
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