Por: Lcda. Mónica Carriel Gómez
Fotos: Cortesía Archivo Histórico del Ecuador e Internet.
Agradecimiento especial a Guiomar Avilés e Irene Márquez
de la Plata de Jijón y a todos los descendientes Alfaristas, por cuyas venas palpita
la guerrera sangre del “Viejo luchador”.
A “Ferrocarriles del Ecuador” y al “Centro Cultural
Ciudad Alfaro” en la persona de su Pdta. Máster Tatiana Hidrovo.
Locomotora 7 que reposa en Ciudad Alfaro, Montecristi, Manabí
Hace poco Lonely Planet consideró al tren crucero ecuatoriano como
el cuarto mejor viaje en tren del mundo. Los premios y reconocimientos mundiasles
tras su inauguración, en junio del 2013, no han cesado. Han sido publicado con elogios por los principales medios
especializados en temas de turismo y aventura y ha ganado cuanto premio se le
ha puesto delante, incluido el premio Wider World Project, (Mejor Producto
Turístico del Mundo), otorgado por la British Guild of Travel Writers,
(Asociación Británica de Escritores de Turismo). Sin embargo, aun existen
detalles desconocidos sobre el tren, sus principales actores y su historia y
esta investigación puede llevarnos a contar mucho mejor la historia del
ferrocarril más difícil del mundo a los miles de turistas que se embarcan a
diario en esta maravilla del Ecuador.
Dicen
que una imagen habla más que mil palabras… Lastimosamente, no siempre las imágenes
dicen todo lo que necesitamos saber de ellas. La investigación que dio inicio a
este reportaje empezó con esta foto… Una de las másconocidas con respecto a
Eloy Alfaro y el ferrocarril tras andino.¿Qué
podíamos averiguar de ella a simple vista? Mucho y nada a la vez. Vemos al
General Eloy Alfaro Delgado, acompañado de su comitiva, a bordo de un vagón de
tren atravesando un lugar no determinado de los andes ecuatorianos. El resto es
un enigma… Un acertijo histórico que trataríamos de dilucidar.
Primero
lo primero… Definitivamente si del “Viejo luchador” se trata, el Centro
Cultural Ciudad Alfaro, ubicado en Montecristi, Provincia de Manabí, era parada
obligatoria, pero la descripción de la gráfica aportó en realidad con muy pocos
detalles. En ella se lee: “Ambato 1908.
En primer plano un vagón de ferrocarril en el que se encuentra el General
Alfaro junto a dos personas más en la inauguración del ferrocarril en la
ciudad. Junto al vagón, hay un grupo de nueve personas entre las que se ve un
niño. Al fondo, montañas”.
Es
verdad, no es tan clara, sin embargo nos da dos elementos importantes en la
investigación: el lugar y la fecha, “Ambato 1908… En la inauguración del
ferrocarril en la ciudad”. No se está hablando de la inauguración
en la ciudad de Ambato donde el tren llegó en 1906, sino de su llegada a Quito
que se dio el 25 de junio de 1908 con la comitiva presidencial a bordo. Llegar
de Ambato a Quito hoy toma a un carro particular sólo dos horas y a uno de
transporte público, dos horas y media, así que bien pudo haber salido la
comitiva desde Ambato ese 25 de junio para hacer la entrada triunfal de la
magna obra de Alfaro ese mismo día en Quito.¿Pero quiénes estaban junto al Presidente
en esa foto? Pensamos que lo que no podían decirnos los expertos quizá los
descendientes del General si podrían aclararnos.
Irene
Márquez de la Plata de Jijón es tataranieta del General Alfaro y además de ser
la “Comandante de la Alfarada”, situación que explicaremos más adelante, ha
investigado mucho la historia de su familia de la que ha escrito libros y cuyos
recuerdos guarda muy bien, conocedora y orgullosa de la sangre que corre por
sus venas. Ella no tiene dudas sobre la identidad de quién se ubica a la
diestra de su tatarabuelo en esa foto: “Aquí
está Pedro J. Montero, su más leal colaborador, quien daba su vida por el
General Alfaro, al punto de comer los alimentos antes de que el General Alfaro
los comiera porque ya en Panamá, en una oportunidad, habían intentado matarlo
con unos dulces envenenados. Gracias a Dios, uno de los dulces se cayó y un perro
se lo comió y se murió. Por eso Montero comía primero del plato del General.
Era el hombre más fiel que el General pudo tener”.
Sin
duda alguna, si tomamos cualquiera de las fotografías del famoso Montonero
apodado “El tigre del Bulu Bulu” que circulan en libros de historia y en la
red, encontramos entre su rostro y el del hombre que aparece ubicado a la
derecha del General Alfaro, un enorme parecido. Por otro lado su actitud es
también reveladora, Montero era amigo entrañable de Alfaro, el único quizá con
la suficiente confianza como para conservar una distancia tan corta al Presidente,
casi tocando con su cuerpo el costado del gran hombre.
El Gral. Alfaro junto al supuesto Gral. Montero
Pedro J. Montero “El tigre del Bulu Bulu”
Libros
como “La Hoguera Bárbara” de Alfredo Pareja Diezcanseco, en su pagina 183,
relatan también la hermandad entre estos dos personajes: “Llamaba a
Montero, ya General de la República y le decía: “Pedro, ven a hacerme el suero
salado.” El General Montero con su ancha risa montubia, quitábase la casaca del
uniforme, vestía el delantal anudado a la cintura, retiraba uno a uno los
anillos de sus gruesos dedos y los entregaba a Esmeralda, entonces en Quito… “Que
me los tenga la niña”.Con sus manos hacía la sabrosa cuajada tierna y luego la
sobaba y sobaba para que el suero quedase listo. Amasaba el bolón de plátano
verde, relleno con chicharrones. Y cómicamente se cuadraba… “Están cumplidas
sus órdenes mi General”. Otra vez con los galones, se ponía a la mesa,
orgulloso de sentarse junto al viejo caudillo de los tiempos heroicos”.
La
identidad de este personaje no nos la puede corroborar la historia, pero si la presunción
lógica. Quizá lo último que decir con respecto a esta amistad sea que cuatro años
después, de haberse tomado la foto objeto de nuestro estudio, para cumplir con
el objetivo de matar a Alfaro, hubo primero que deshacerse de Montero, porque
de otra forma, la Hoguera Bárbara no hubiese ardido jamás.
Ahora fijemos nuestra atención en otro de los personajes
de esta fotografía.
A la izquierda del Presidente un caballero vestido a la europea, con traje y bombín, de bigote, alto y pasados los cincuenta que sostiene un gran libro o algo que parecieran ser planos. Identificarlo… ¡Un reto!
No
nos imaginamos jamás que en la propia Ciudad Alfaro hallaríamos la respuesta.
Wellington, uno de los guías, tuvo una experiencia hacía algún tiempo con los
descendientes de un ingeniero italiano llamado Pietro Sandretti, que buscando
rastros de su ancestro, viajaron hasta el museo de Montecristi en donde
encontraron “nuestra” foto, ampliada en una pared, pero lastimosamente aunque Pietro
estaba en ella, nadie sabía quien era y el importante papel que había
representado para el tren. “Me dijeron
que eran los tataranietos de ese Ingeniero quien después de terminarse la obra
se quedó en Ecuador estableciéndose en Alausí, casándose con una dama llamada
Zoila de donde descendían ellos”.
Lastimosamente no pudimos hallar a aquellos descendientes, así que no nos queda más que confiar en la palabra honesta de nuestro amigo el guía.
Montero
y Sandretti, el montonero y el ingeniero italiano, ¿serían todos los que
estaban en el vagón ese día? Se adivinan cuerpos dentro que no salen en la
foto, pero que formaban, sin duda, parte de la comitiva que acompañó al Presidente
ese día, entre ellos Doña Ana Paredes, esposa y primera dama de la nación; la
hija del General, América Alfaro Paredes, encargada de poner el clavo de oro
cuando el tren finalmente llegó a Chimbacalle; Gerónimo Avilés, yerno del
General Alfaro, esposo de su hija Esmeralda; el Ministro de Hacienda del
régimen, Amalio Puga; el General Francisco Hipólito Moncayo y de más comitiva.
Esto lo sabemos en base a narraciones del día glorioso en que al fin, después
de años de pesares y de soportar injurias y acusaciones, el ferrocarril hizo su
entrada triunfal en Quito, descripciones que hicieron historiadores y
periodistas contemporáneos a los hechos, cercanos y contrarios al gobierno de
la época.
Ya
sabemos mucho de los que estaban arriba, pero ¿qué hay de los que estaban abajo
del vagón?
Grupo de siete personas ubicadas abajo del vagón del tren No. 8
Se observa pueblo que ansiosos querían retratarse junto
al ferrocarril, negros, mestizos y hasta un niño. De muchos jamás sabremos
nada, pero entre ellos, medio borroso, aparece llevándose la mano a la boca, a
lo mejor fumando su pipa característica, el norteamericano Archer Harman,
financista del ferrocarril y quien secundó a Alfaro en la autoría intelectual
de la vía, también fiel amigo del Presidente.
Ampliación de posible rostro de Archer Harman
Pero
¿qué tan importante fue este hombre para el ferrocarril? Según la Master
Tatiana Hidrovo, Presidenta de Ciudad Alfaro, la figura de Archer fue vital
para la ejecución de la obra. “Si, este
es uno de los personajes más importantes, obviamente, él representa a una de
las empresas norteamericanas que ejecuta la obra del ferrocarril y que además
en esa lucha que para la técnica de la época era un desafío, va tejiendo una
amistad con el General Alfaro... Y comienza a entender además todos los
intereses que estaban alrededor de esta obra y de quienes no querían que se
realice”.
Harman
creyó tanto en la obra que trajo a sus propios suegro y hermano, también ingenieros,
a trabajar en ella. Tanto su padre político como el Mayor John Harman, graduado
en West Point, encontraron la muerte mucho antes de ese día glorioso, como
cientos más. Para Irene Márquez de la Plata de Jijón, no hay duda de que este
es el ingeniero norteamericano. “Aquí
tenemos a Archer Harman, el financista de la obra del ferrocarril del sur.”
Adivinamos
en el rostro de Archer una sonrisa y un gesto de orgullo, estaba feliz, no sólo
por la culminación de la difícil obra que terminó uniendo Guayas, Cañar, Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi y Pichincha, 447 kilómetros
en total, sino además, porque la Guayaquil and Quito Railway Company
fundada por él, había logrado ascender 800 metros en zig zag para llegar con
las paralelas a la “Nariz del Diablo”.
Ing. Archer Harman
Sin
embargo, los argumentos en base a presunciones y a las comparaciones de los
rostros, por más lógicas que estas sean, a los estudiosos históricos no los
convencen. La Máster Tatiana Hidrovo es una de ellas: “Pero no hay una confirmación, lo que se llama una investigación, una curaduría,
que pueda demostrar que realmente estos son los personajes que están ahí”. Por
supuesto, hay cosas que para comprobarlas no hace falta más que someterlas al
criterio del “ojo por ciento” y como en el caso de Montero, el supuesto rostro
de Harman que aparece en la foto y el de las gráficas suyas encontradas en la
red, se parecen mucho, demasiado como para ser sólo un simple parecido.
Ahora
nuestra mirada se dirige al personaje más importante y la única identidad de la
que nadie duda en la foto… El presidente Eloy Alfaro Delgado.
“Mi sueño, mi delirio se concentran en esta sóla palabra… Ferrocarril”.
Eloy Alfaro
El
día de su cumpleaños número 66, Alfaro inauguraba la obra que tantos conflictos
le había causado, la responsable de calumnias e injurias sobre su inmaculado
apellido, la que había traído consigo la ira de sus detractores y que ahora
silentes veían la culminación del trabajo de años como una amenaza política más.
Alfaro tenía sobrados motivos para estar feliz aquel día, pero la foto no
demuestra su alegría, al contrario, la preocupación enturbia su imagen. ¿Guardaba
el Presidente una escondida preocupación que se convirtió durante mucho tiempo
en un secreto sólo conocido íntimamente por su familia? Guiomar Avilés, nieta
del general y su sobrina Irene Márquez de la Plata, nos sacan de la duda. Guiomar: “Mi abuela, (Esmeralda), estaba en
sus últimos días de gestación en Quito y todo el mundo decía que si ella se venía
a Guayaquil podía perder el niño y que podía tener problemas... Ella tenía
miedo, pero el General le dijo que vaya con tranquilidad, que llegaría bien,
que iba a tener un varón y que él lo haría Comandante.”
Pero
en esos días, sin ferrocarril aun, los viajes de Quito a Guayaquil eran toda
una odisea. Tan peligroso era que los viajeros incluso hacían testamento antes
de emprender el peregrinaje. Experimentar contratiempos en medio del viaje que
duraba 15 días en verano, era completamente normal. Según sus descendientes, el
viaje de Esmeralda, embarazada en sus últimos meses, no estuvo exento de
problemas. Guiomar: “En el trayecto de
Quito a Guayaquil, hubo un derrumbe y su vida y la de mi padre corrieron
peligro”. Si Alfaro sabía de lo riesgoso del viaje, ¿por qué insistió tanto
en que Esmeralda debía parir en Guayaquil?
Irene: “Decía que el triunfo de la Revolución Liberal se lo debía al pueblo
guayaquileño. Fue una forma de rendir honor a Guayaquil haciendo que su nieto primogénito
sea guayaquileño porque hasta ese momento todos sus hijos habían nacido en Panamá.
Así nació mi abuelo Comandante el 21 de junio de 1908, apenas 4 días antes de
la inauguración del ferrocarril... En esa foto el General Alfaro estaba
preocupado y ansioso por ver a su hija y a su primogénito nieto.” Y con esa
estampa de preocupación, sintiéndose quizá un poco culpable de las vicisitudes
que debió pasar su hija debido a su decisión, aparece Alfaro en todas las fotos
tomadas ese día.
Pero
esta preocupación no era lo único que lo atormentaba. Pareja termina el cuarto
capítulo de “La Hoguera Bárbara” hablando sobre la lejanía presidencial de ese
día después de que la fiesta de Chimbacalle apagó sus luces… “Cargadas las
espaldas, la perilla clavada contra el pecho, paso a paso cortito, tristemente
se perdió por los salones del palacio”.
Irene,
su tataranieta, también opina con respecto a la tristeza presidencial de
aquellos días: “Tenía muchos
adversarios. Al ferrocarril lo llegaron a llamar “El ferrocarril del diablo.” El
General sabía que el éxito no se perdona fácilmente y peor viniendo de sus
enemigos y adversarios... Días duros venían.”
Más adelante en “La Hoguera Bárbara” refuerza Pareja el criterio de los descendientesdel General sobre los pensamientos de muerte que lo preocupaban: “En el silencio de la noche, se deslizaba por las habitaciones, arrastrando los pies y pensando en la muerte. Largas horas tristes permanecía frente a sus propios misterios no esclarecidos. Quedó encorvado como un sirgador, abiertas las espaldas y el cuello vencido”.
Las preocupaciones sumaban demasiado peso en su espíritu y quizá por
ello, nada aligeró
su carga ese día, ni siquiera la carta de felicitación que remitió el Gobierno
Norteamericano firmada por el propio Presidente Franklin Delano Roosvelt en donde
felicitaba al gobierno y al Presidente Alfaro por la obra. Era el final de su descrédito y de las habladurías de sus
detractores que durante el tiempo que duró la construcción dijeron mil cosas en
su contra, desde que estaba loco hasta que era ladrón y ahora por fin podrían
embarcarse en un viajecito del tren tras andino para ver contra quien
levantaban la lengua la próxima vez que temerariamente quisieran exhalar su
veneno. A pesar de eso, nada lo hizo sonreír ese 25 de junio de 1908, ni pensar
concienzudamente que su ferrocarril era el más
difícil del mundo y el más barato con relación
a otras obras emprendidas antes en Argentina, Perú y Costa Rica y que podía
probarlo, como finalmente lo hizo, dejando estampada en la historia su firma de
impecable hombre recto y pulcro.
Más adelante en “La Hoguera Bárbara” refuerza Pareja el criterio de los descendientesdel General sobre los pensamientos de muerte que lo preocupaban: “En el silencio de la noche, se deslizaba por las habitaciones, arrastrando los pies y pensando en la muerte. Largas horas tristes permanecía frente a sus propios misterios no esclarecidos. Quedó encorvado como un sirgador, abiertas las espaldas y el cuello vencido”.
Dejemos a los personajes por un instante y
fijemos nuestros ojos en el entorno que se vivía dentro del tren en ese viaje
inaugural. Para saberlo, volvemos a recurrir a los archivos de Irene Márquez de
la Plata. Entre todos sus tesoros familiares, ella conserva con especial
devoción, una carta escrita por Don Jerónimo Avilés, esposo de Esmeralda, yerno
del General y padre del pequeño Comandante de apenas 4 días de nacido. La
misiva, escrita a manera de parte, describe el sentimiento patriótico que se
vivía a bordo del tren ese día, como había amanecido el cielo y hasta las notas
que flotaban en el aire:
“En cumplimiento de mi deber paso a usted el parte respectivo de los acontecimientos de la mañana de hoy 25 de junio de 1908, día glorioso para la patria, como también para su querido abuelito que con fe inquebrantable ha dado cima a la gran obra redentora del progreso ecuatoriano… La mañana se presentó despejada haciendo ver el cielo su firme color azul en honor del hombre que pasamos por dos generaciones de paso de vencedor y con la tea de la civilización encendida ha dado el triunfo definitivo para el progreso de la tan cara patria”.
Y continúa
la carta describiendo la ciudad, los sentimientos de alborozo de la gente y el
entorno de fiesta que se vivía en Quito ese día hasta que la multitud de fiesta,
en desfile popular, dejó a la comitiva en el Palacio de Carondelet e incluso
hace alusión a que en el suave viento de triunfo que soplaba tenue ese día,
viajaban las notas de “Al oriente paso de vencedores”, himno escrito por José
Luces, expresamente para el General Alfaro.
Multitud esperando el arribo de la locomotora 8 a la Estación de Chimbacalle
El ambiente de Chimbacalle no era menos festivo. Al
respecto Pareja escribe: “El 25 de junio de 1908 –día de su cumpleaños–, Alfaro, asistió a la
fiesta de Chimbacalle. El ferrocarril llegaba a Quito. El pueblo corrió
alborozado a la estación final. Hubo petardos, discursos, camaretas, campanas,
banderines... Las bandas militares rompieron los aires con el Himno Nacional.
Los ponchos se movieron como una inmensa, como una suave marea de colores, se
acercó la máquina embanderada y con palmas, repiqueteando como las campanillas
en las procesiones de noche buena. Partió recto el pito agudo; una columna de
humo se irguió, delgada y ágil, hasta romperse en un juego de aros blancos”.
Al
llegar el tren a la estación en Quito, Pareja escribe: “Su hija América puso el
último clavo, hecho de oro macizo. Alfaro y Harman se dieron la mano y la
multitud lanzó vítores al viejo luchador y al rubio empresario de brillantes
espejuelos. El pueblo siguió la fiesta. La chicha agridulce y el puro de caña les
hizo bailar y cantar. El picante de cerdo con mote, las empanadas de morocho,
los cuyes asados, las choclotandas y el llapingacho... Los pregones
lloriqueantes arrastraban mansas lenguas de súplica, mientras la tarde se
cubría de llovizna gris. Todo aquel día las campanas de las iglesias repicaron,
platay bronce ligados. Un simulacro de batalla libró el ejército en los
aledaños de Quito. El Municipio ordenó crear la parroquia Alfaro en el barrio
Chimbacalle. Y en el Congreso, se ofreció el homenaje oficial al General
Presidente, entregándole numerosos regalos conmemorativos de aquel
acontecimiento nacional”.
El
lugar donde fue tomada la foto es otra incógnita. ¿En qué punto exacto, en los
447 kilómetros de víaférrea, podría haberse tomado esta gráfica?
Para
muchos estudiosos, ésta que se ve en el fondo,podría ser la desafiante elevación
conocida como “La nariz del diablo”. Pero ¿cómo lograron los ingenieros vencer
al coloso? La Máster Tatiana Hidrovo, estudiosa de la vida de Alfaro y del
ferrocarril, nos explica: “Atravesar Los
Andes no sólo significaba subir, sino además, en algún momento poder doblarse, pero
la estructura del tren no permite eso...
Las únicas
maneras eran: O hacer un gran túnel, que era imposible porque era muy costoso,
o inventar una manera en la cual el tren pudiera avanzar sin que se plegara
sobre si mismo, y para pasar al otro lado tiene que bajar de retro... Eso
solamente ocurre en el Ecuador”.
¿De
quién fue la fantástica idea? Irene tiene la respuesta: “Y John Harman fue el que ideo el zig zag... Para romper la dificultad
de atravesar la nariz, es por eso que es el ferrocarril mas difícil del mundo”.
Ing. John Harman
Si
bien jamás podremos saber si es o no exactamente la nariz, la geografía de la
zona es bastante parecida y se conserva hoy tal cual como en 1908. Para
comprobarlo no hay más que subir al tren en la estación de Alausí, bajar hasta
Sibambe y volver a subir, sólo entonces podrá usted verlo con sus propios ojos.
Ya dilucidados todos los detalles sobre la foto del Gral. Alfaro en el ferrocarril, ¿podría quedar alguna última lectura que hacer de la gráfica? Quizá lo que para todo ecuatoriano debería representar esta foto. “La voluntad de luchar por el país. Ese espíritu de crear este estado nacional tan singular, tan diverso y tan pequeño pero al mismo tiempo con características tan propias que hoy nos hace sentir tan orgullosos de lo que somos. Cuando vemos jugar a nuestra Selección por ejemplo. Son cosas que probablemente no tendrían nada que ver, pero eso es Ecuador”.(Máster Tatiana Hidrovo, Pdta. Ciudad Alfaro).
Don Eloy Alfaro sentado entre
Doña Ana, su esposa, y su hija Esmeralda. En sus piernas el pequeño Comandante
Jerónimo Eloy Avilés Alfaro.
Las
paralelas, sembradas a lo largo de 447 kilómetros entre Guayaquil y Quito,
fueron instaladas por obreros de todas partes del país, más 4.000 jamaiquinos
que llegaron bajo promesa de buen sueldo y de ser participes de la más grande
obra de ingeniería en la construcción de ferrocarriles. Sin embargo muchos de
ellos, hay quien dice que una cifra cercana a la mitad, murieron víctimas de
una extraña fiebre causada por unos bichos que caían de los árboles cercanos y
cuyos cadáveres fueron enterrados muchas veces al margen de los rieles. Muchos
de los que sobrevivieron se quedaron viviendo cerca de los campamentos y hoy,
sus descendientes, cuentan una y mil veces la historia de sacrificio de sus
abuelos al construir las vías del tren.
Con respecto a la fotografía y a su autor sólo hay una
posibilidad por citar… Hace algunos años, Elizabeth Harman Brainard y Katherine
Robinson Brainard, descendientes de Archer Harman, en su libro “Ferrocarril en
el Cielo”, contaron sobre el descubrimiento que hicieron sorpresivamente cuando
a punto de vender una casa antigua encontraron, por casualidad, catorce baúles
con documentos y fotos recopilados por su padre y su tío John, concernientes al
sacrificado ferrocarril del Ecuador y a su construcción. Ellas relatan en dicha
obra que Archer contrató un fotógrafo oficial para registrar cada avance de la
obra y reportar al gobierno. Ese fotógrafo fue John Horgan. El gobierno a su vez enviaba las fotos a los medios y
estos reproducían los avances como esperanzas de que la unión definitiva de
costa y sierra avanzaba. Si esto es cierto, fue Horgan el autor de la mayoría
de gráficas que aparecen por todos lados con respecto al tren y a Alfaro. Lamentablemente
confirmación, no existe.
El ferrocarril, último asunto que nos queda por dilucidar. La que llego a
Chimbacalle ese día 25 de junio fue la locomotora 08 a vapor conducida por
Arturo Munízaga. Según los registros de la compañía, la máquina fue fabricada en 1901 por la Baldwin Locomotive Works y habría sido adquirida en una feria
industrial en Agosto de 1907, llegando al país a inicios de 1908, por ello su
número: 08.
El Ing. Estrada, de Ferrocarriles del Ecuador, nos explica el
funcionamiento de la locomotora, con una muy parecida que actualmente reposa en
los talleres de Durán, esperando ser puesta
nuevamente en funcionamiento: “Bueno,
básicamente una locomotora de esa época funcionaba con vapor, el agua hierve y
pone en funcionamiento los pistones que la echan a andar... Para el fuego se
usaba carbón. En llano alcanzaba una velocidad de 35 kph y eran operadas por
dos personas: el maquinista y el fogonero, los cuales tenían mucha experiencia
en el funcionamiento. Esta, la 18, al igual que la 08, fueron fabricadas en
Filadelfia, Estados Unidos. La compañía es Baldwin”.
Tratamos de rastrear el paradero de la locomotora 08 y el único que nos
entregó luces al respecto fue Guido
Jaramillo, Presidente de la “Hermandad de Ferroviarios Jubilados”, con base en
Chimbacalle: “Esa máquina se
desmanteló para servir de repuesto a otras
en mejor estado y lo que quedó de ella forma
parte del “Monumento al Tren”, ubicado en la calle Ferroviaria en la ciudad de
Machala, Capital de la Provincia de El Oro”.
Nos
queda por aclarar otro aspecto de la foto que de prontopodrá parecer menos
importante, pero que forma también parte de nuestra investigación: la moda.“Bueno digamos que ese no es el traje más común
en Alfaro... Si sacamos las cuentas desde 1864 hasta el día en que asumió el
poder, estuvo en batallas constantes. Entonces usaba su uniforme o ropa holgada
que le permitiera mantenerse varios días en el campamento... Sin embargo,
cuando ya fue mandatario, cambió su vestuario por uno mas acorde a su cargo”.
El Gral. Alfaro en campaña
El Pdte. Alfaro con atuendo de
gala
“En la foto se lo ve en una edad intermedia bastante
interesante... Como siempre el General muy bajito, muy chiquito, media alrededor
de 1.55. Usaba taquito, en algunas fotos el aparece con sus botas de varón pero
con un poquito de taco, más bajo que el de Doña Ana. Mucho más bajo se lo ve ahí
junto a estos dos personajes más altos, vistiendo su traje de gala de larga
levita y sombrero alto con leontina”. (Máster
Tatiana Hidrovo, Pdta. Ciudad Alfaro).
Ya dilucidados todos los detalles sobre la foto del Gral. Alfaro en el ferrocarril, ¿podría quedar alguna última lectura que hacer de la gráfica? Quizá lo que para todo ecuatoriano debería representar esta foto. “La voluntad de luchar por el país. Ese espíritu de crear este estado nacional tan singular, tan diverso y tan pequeño pero al mismo tiempo con características tan propias que hoy nos hace sentir tan orgullosos de lo que somos. Cuando vemos jugar a nuestra Selección por ejemplo. Son cosas que probablemente no tendrían nada que ver, pero eso es Ecuador”.(Máster Tatiana Hidrovo, Pdta. Ciudad Alfaro).
“Sin duda alguna el tren fue una gran obra y esta foto
simboliza no el ferrocarril sino la unión del país, el sueño del General, pero
su obra más importante no fue el tren sino la Revolución Liberal”.
(Irene Márquez de la Plata de Jijón, tataranieta del Gral. Alfaro).
Eloy Alfaro conoció finalmente a su nieto Comandante, quien solo conservó el rango dentro de la familia porque jamás fue militar, e incluso llegó a conocer a otros descendientes de su ilustre generación
antes de morir. Hoy los herederos que viven en el Ecuador se hacen llamar “La
Comandancia” y los que viven en Panamá constituyen “La Alfarada”. Tal
como fue el deseo de sus ancestros, procuran cultivar el amor familiar y la
unión que les fue inculcada desde siempre.
Como epitafio podríamos decir que varios años después Montero fue asesinado y arrastrado y que
Archer Harman falleció a consecuencia del golpe que sufrió al caerse de “Ecuador”,
el caballo favorito que tenía en su rancho de California. En Enero de 1913, el
General Alfaro, en calidad de detenido, fue trasladado a Quito usando como
transporte la locomotora. En la cárcel fue asesinado y arrastrado vil y
cruelmente. Día nefasto para el país y para el liberalismo, pero esos
acontecimientos, registrados también en fotografías, corresponden a una futura
investigación.
En
el archivo fotográfico del Banco Central del Ecuador existen mas de ocho mil
imágenes, muchas de ellas guardan historias que aun nadie ha descubierto.
Estos hechos no contados de nuestro país aun esta por investigarse y escribirse
y este trabajo es prueba de que sólo hace falta paciencia y
buena voluntad para buscar y revelar este Ecuador oculto. Gracias a Dios hoy,
libres del miedo que nos encadenaba, podemos contar esta verdad.
“Nada soy, nada valgo, nada pretendo, nada
quiero para mi, todo para vosotros, que sois el pueblo que se ha hecho digno de
ser libre.”
Hermoso
ResponderEliminarExcelente trabajo de investigación. Gracias por hacerlo y por compartir
ResponderEliminar¡Muy bien! Gracias.
ResponderEliminarEs el ensayo histórico muy inteligente en lo que significa un compendio: Resumen, biografía, testimonio, ilustración (fotografía), entretenido y elocuente. tema que invita a la ilustrada controversia, pero deja buenas lecciones.Felicitaciones.
ResponderEliminarUn saludo alauseño para la talentosa autora. Quito DM 2020/05/03.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy buen ensayo, formo parte de la familia Sandretti, el Ing. Pietro Lorenzo Sandretti Borsero es mi bisabuelo, en Ecuador conoció a mi bisabuela Sra. Zoila Gordillo, para posteriormente trasladarse a Chile, dónde nace mi abuela paterna Olga Alejandrina Sandretti Gordillo, que regresa a Ecuador casada con Miguel Ángel Owaldo Machado más conocido como "Osvaldo Casares" flamante boxeador, se establecen en el país y nacen mis tíos y mi padre Patricio Lorenzo Machado Sandretti, periodista deportivo con una vasta y bien consolidada trayectoria en el país.
ResponderEliminarHola, Yo soy descendiente directa de el Ingeniero Italiano, mi bisabuelo paterno. Su nombre era Lorenzo Sandretti Borcero, no Pietro Sandretti. Mi abuelita su hija se llamaba Olga Miquelina Maria Alejandrina Sandretti, yo me crie con ella.
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