PARTIDA
INESPERADA
Quince años tenía la niña
Cuando el buen señor,
Por enamorarse de un ruiseñor,
La llevó a su campiña.
Esas su rosadas mejillas
Tornaron pálidas sus pupilas,
Cuando un amor lloraba
La partida inesperada
De su amada que soñaba
No irse todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario